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estaba apurada. vos no debías saberlo, y quizás te quedaste pensando que estaba enojada por algo, pero la verdad es que estaba corriendo de un lado a otro, controlando que todo estuviera saliendo bien. te saludé de lejos, a unos tres metros, con la mano, y te dije 'hasta mañana, corazón'. me di vuelta, y no te vi más.
hice fuerza por no olvidarme. rescaté recuerdos de donde pude, encontré fotos y archivos de conversaciones virtuales. encontré tu disco, aquel que grabaste con la banda del colegio y tan orgulloso te ponía. me acordé de los sábados a la mañana en el taller, tomando mate en el último banco, planeando viajes más allá de la cordillera. me acordé de las tardes de cada martes y cada jueves, jugando al póker, tomando cerveza tibia, y después nadando a más no poder, en una pileta que se transformaba en mar abierto con tu sonrisa del otro lado del cristal empañado. me acordé, también, de cómo te acompañaba a tomar el colectivo, y cómo me pedías que dejara de fumar. me acordé de la última salida, la última borrachera, la charla sobre flaubert y dostoievsky, la cortina rota, la revelación en secreto y al oído de que estabas enamorado, y feliz.
cuando te saludé esa tarde de dieciséis de septiembre, estaba apurada, y te dije 'hasta mañana', con la certeza indiscutible de que habría tal mañana. pero no lo hubo. y en cambio se nos cayó encima un cielo entero de nubes grises, de tormentas de lágrimas y abrazos partidos. una primavera que llegó herida, pidiendo permiso tímidamente, y no floreció jamás. porque ninguna primavera volverá a tener tantos colores si me falta tu risa ronca, tu bufanda escocesa, tu 'solcita de mi corazón, cebame un mate'.
y que pasen los días, los meses, las estaciones, las ciudades, las personas, los viajes, los años. que sigan pasando y sigan viniendo. que me pasen por encima, si es necesario. pero yo hoy me quedo acá, aferrada a tu recuerdo, a una foto en la que me abrazás a mi costado izquierdo, y a la certeza de que habrá un mañana.
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estaba apurada. vos no debías saberlo, y quizás te quedaste pensando que estaba enojada por algo, pero la verdad es que estaba corriendo de un lado a otro, controlando que todo estuviera saliendo bien. te saludé de lejos, a unos tres metros, con la mano, y te dije 'hasta mañana, corazón'. me di vuelta, y no te vi más.
hice fuerza por no olvidarme. rescaté recuerdos de donde pude, encontré fotos y archivos de conversaciones virtuales. encontré tu disco, aquel que grabaste con la banda del colegio y tan orgulloso te ponía. me acordé de los sábados a la mañana en el taller, tomando mate en el último banco, planeando viajes más allá de la cordillera. me acordé de las tardes de cada martes y cada jueves, jugando al póker, tomando cerveza tibia, y después nadando a más no poder, en una pileta que se transformaba en mar abierto con tu sonrisa del otro lado del cristal empañado. me acordé, también, de cómo te acompañaba a tomar el colectivo, y cómo me pedías que dejara de fumar. me acordé de la última salida, la última borrachera, la charla sobre flaubert y dostoievsky, la cortina rota, la revelación en secreto y al oído de que estabas enamorado, y feliz.
cuando te saludé esa tarde de dieciséis de septiembre, estaba apurada, y te dije 'hasta mañana', con la certeza indiscutible de que habría tal mañana. pero no lo hubo. y en cambio se nos cayó encima un cielo entero de nubes grises, de tormentas de lágrimas y abrazos partidos. una primavera que llegó herida, pidiendo permiso tímidamente, y no floreció jamás. porque ninguna primavera volverá a tener tantos colores si me falta tu risa ronca, tu bufanda escocesa, tu 'solcita de mi corazón, cebame un mate'.

cuatro años.
still i'm gonna miss you.
.still i'm gonna miss you.
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y si se va, no es para siempre,
ResponderEliminary si hay tormenta, ése es su viento,
y él forma parte de tu presente,
si te fijás en tu argumento.
y si es que duele, es sentimiento,
y si alguien canta, es por su voz,
y si se lee, se lee un cuento
que no conoce ni fin ni adiós.
y si es recuerdo, es que hay memoria,
y si hay memoria, no habrá ventana
que pueda ocultarnos esta historia
de dos soles y un hasta mañana.
esta vez, sin palabras. un abrazo bien cálido y fuerte, sol :)
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