12.10.12

al flaco dale gracias.

Cómo contarte, ahora que ya no estás, que me dejaste un hueco en el pecho. Que recién hoy, después de 8 meses de tu escapada hacia el más allá, pude volver a darle play a un disco tuyo. Me estruja el alma, flaco. Escucharte tan suave, tan tierno, tan lleno de vida y de rock. Repasar una y otra vez en mi cabeza esas letras, cantarlas para mis adentros, y por ahí pegar un gritito agudo, sordo, con "platos de caféee". Porque lo amerita.

Loco, vos me hiciste crecer. Yo era una adolescente en una casa llena de música. Te escuchaba desde mi más temprana infancia, gracias a mi viejo. Pero me acuerdo la primera vez que yo te elegí. Tenía 15 años, y mucha revolución por dentro. Te puse en mi discman. Era kamikaze. Me volaste la peluca.

Te empecé a conocer, a investigar, a desentrañar. No podía creer lo que estaba escuchando. Eras todo lo que necesitaba para mis oídos. Y ya sé que a vos te molestaba un poco la adulación y el fanatismo. Pero, flaco, vos nos reventaste el mate a todos. Bancátelo ahora.

Crecí con vos. Gracias a vos. Me hiciste pensar, cuestionar, viajar. Desmenucé cada acorde, cada melodía. Te incorporé a mis días, como una banda sonora perfecta de cada paso, de cada momento. Sos parte mía, y qué egoísta suena eso.. Pero es que así creo que te sentimos los que te escuchamos, los que te adoramos. Tanto te estimo, que hasta me da un poquito de simpatía River, a mí, que soy fana de Boca.

Lloré cada uno de los infinitos minutos que duró el recital en Vélez. No podía entender lo que estaba viviendo. Sabía que estaba presenciando algo muy groso, una página muy luminosa de la historia del rock. Pero jamás pensé que fuera una de las últimas.

Tengo una tristeza adentro que es infinita, como ese cielo que todos amamos y que vos nos dejaste de regalo antes de partir. Me duele no haberte podido dar un abrazo. No volver a escucharte cantar, o tu risa tímida, o tus chistes.

Me duele que la puta muerte se lleve a los buenos. A los que hicieron algo extraordinario por este mundo. 

Pero me consuela saber que te fuiste en paz. Que la entendiste. Que la aceptaste. Que la cura definitiva era esta, y no ninguna otra sanata. Que sos ahora estrella fugaz, nube inquieta, o pasto fértil. Que la eternidad sólo buscaba un paso en ti. Y finalmente lo dio.

Sos eterno, Flaco.

(Dale) gracias.

msh.

31.7.12

be here now

hace meses que no escribo. me he dedicado a vivir la vida sin dejar rastros de perpetuidad que eternicen esos momentos. ni los buenos ni los no tan buenos. he salido a la calle y a los callejones, a las esquinas y a los portales, y la he pasado bastante bien. he crecido mucho. sin ir más lejos, hace días cumplí los veinticuatro años de residencia en este planeta.

vuelvo a releer antiguas sensaciones y me encuentro lejos, lejísimos de aquellos días. aunque esté aquí mismo, en la misma silla, en la misma alfombra y  en la misma ventana que supo anidar aquellas palabras. será que nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

arrastro algunos miedos (pocos, cada vez más pocos), algunas manias y los mismos vicios. pero ahora los tragos del desvelo ya no saben tan amargos, las alarmas a medianoche ya no me quitan el sueño. ni tampoco lo hacen los pasados, los pisados y mucho menos los futuros. conservo algún recuerdo que no debería, lo sé, ¿qué puedo hacer?. por lo menos puedo estar tranquila que aprendí a convivir con ellos, en paz y armonía.

me gusta dónde estoy parada. el hoy, el ahora que me contiene. me gusta mirar alrededor y saberme tranquila. que estén los que quiero, los que siempre quise. que el tiempo, viejo y nunca bien ponderado compañero, acomode la estantería y traiga con las olas de regreso a los que se fueron tímidamente. esos que dejaron algo inconcluso, incómodo, atravesado. ahora vuelven para continuarlo. o concluirlo finalmente, ¿quién sabe?

me gusta haber empezado a trabajar. sentir que hay algo más allá de toda voluntad que debo hacer, inexorablemente, todas las noches. y que, aunque muchas veces me resulte fastidioso, dejará buenos frutos en el mañana.

me encuentro más fuerte ante la vida. más segura, más plantada, más centrada. lloro cuando es necesario, cuando no encuentro salida. cuando ella se sube al avión y él se queda, para siempre, en marruecos. cuando las hormonas me obligan. cuando la felicidad me desborda.

soy feliz con lo que tengo. sé, positivamente, qué es lo que tengo. a quiénes. en qué lugar y en qué momento. sé comprender cuando las cosas no salen como lo planeé, cuando las personas no responden como yo quisiera. también puedo entender la falta de ganas, la distancia, la dejadez. sigo sin poder entender la mentira y la hipocresía. y me enorgullece no hacerlo.

me siento más comprometida con lo que emprendo. no miro tanto hacia adelante, me sigue dando el mismo vértigo. sigo soñando, cada noche, cada tarde, cada sueño. sigo queriendo ser médica, ser buena, ser feliz. 

pero, sobre todas las cosas, sigo teniendo a mi lado quien me permite ser lo que soy y sentir lo que siento. quien desde hace tiempo (y aún así) soporta cada rato de insatisfacción que pueda padecer, cada mañana de mal humor incomprendido, cada arranque de angustia a la que no le quepan palabras para explicar. tengo a mi lado a la persona que quiero, que respeto y que valoro. soy inmensamente feliz de saberme amada. y de amar en igual medida. de haber aprendido tanto luego de haber recorrido tanto codo a codo, siendo mucho más que dos.

soy feliz porque él me mira.

y yo no necesito nada más.




s.



2.5.12


y si no escribo es porque te tengo. porque no me hace falta evocarte desde la palabra, porque me alcanza con estas manos llenas de vos. porque me acurruco en los huequitos que dejás cuando te olvidás de faltarme, y ahí me quedo, quietita, para siempre.

para que te sigas olvidando.

para que no me faltes.

nunca más.

1.3.12





ya ni rastros

de lo que alguna vez

supo doler.



quizás cicatrices

marquitas de la piel.


1.1.12

2012

que el calendario no venga con prisas