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ya sabíamos de antemano que esto iba a suceder. si nunca soportaste mi desorden ni yo pude aprenderme de memoria los lunares de tu espalda. había sido un tiempo intenso, tres meses de sábanas revueltas, cervezas sobre la alfombra y escaleras a medio subir. pero el otoño dio paso al invierno, y éste siguió su curso natural hacia la primavera que, ya lo sabemos, nunca nos encuentra acompañados. de modo que ni vos ni yo fuimos culpables, sino cómplices de un desenlace inevitable, de la expiración de una pasión con fecha de vencimiento, de la marchitación de un árbol cuyas raíces ya estaban secas aún antes de comenzar. tu sístole y mi diástole nunca conjugaron y, en cambio, hubo arritmia en las madrugadas de mi corazón. así que ni buena suerte ni hasta luego. sólo un breve y sincero adiós.
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tremendo, tremendo.
ResponderEliminarno puedo decirte cuánto te entiendo. en este y en la mentira de prometer no volver a escribir... y tropezar de nuevo, claro.
ojalá este portazo con olor a "ciao" no retumbe demasiado en tu domingo (que los míos por lo general, son bastante porquería, te comento).
quiero verte :)
serán breves y sinceros los adioses? y los dioses? y las voces? no sé si hagan falta tantas preguntas. el caso es que la primavera no va a tardar en aparecer y eso ya es motivo suficiente para salir a que nos dé el aire de lleno en la cara. te quiero, chiqui, te quiero pila.
ResponderEliminarpodès creer, que vengo a leer esto justo hoy? que no se de donde agarrarme...
ResponderEliminarcomo si lo estuviera pensando yo, tal cual
solo q aun no llegò la fecha de vencimiento, pero pronto
què loco mundo
disculpa q aparezca asi de la nada, como una loca diciendo cosas, pero cuando algo me conmueve, me da ganas de decirlo, mas alla de q escribis bien, la tristeza y el dolor de lo que se lee, no merece decir, que lindo!
sabes? no estoy segura de que ese adios q me esta por venir, quiero que sea cuanto antes, o lo mas lejano posible
en fin
un abrazo,
claudia